La ahora ex candidata del PRD al gobierno de Tlaxcala, Minerva Hernández Ramos, ofreció primero su declinación al candidato del PRI, Mariano González Zarur, ante quien incluso se comprometió a renunciar a su partido y pasarse a la bancada del PRI en el Senado.
Las negociaciones con el equipo de campaña del PRI se mantenían abiertas, pero el pasado viernes llegó intempestivamente a Tlaxcala el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, quien le dijo a Minerva que les convenía más una declinación a favor de la candidata del PAN, Adriana Dávila Fernández.
Ortega había recibido del dirigente nacional del PAN, César Nava, la promesa de que el candidato de este partido al gobierno de Zacatecas, Cuauhtémoc Calderón, declinaría a favor del perredista Antonio Mejía Haro, lo que representaba oro molido.
Con esta jugada, el PRD mataría dos pájaros de un tiro: frenaría al PRI en Tlaxcala al fortalecer la candidatura del PAN y conservaría la gubernatura de Zacatecas.
A estas negociaciones y arreglos no fue ajeno el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, quien se ha involucrado personalmente en la campaña del PRD en el estado que gobierna Amalia García.
La senadora Minerva Hernández nunca pudo crecer más allá de un 14 por ciento en las preferencias electorales.
Por eso tomó la decisión de ofrecer ese pequeño capital político a uno de los dos candidatos punteros y pensó primero en el abanderado del PRI.
Minerva Hernández entregó al equipo de campaña de Mariano González Zarur un proyecto de acuerdo, en el cual propone “enfrentar y derrotar electoralmente al gobierno corrupto establecido por el PAN y la familia Ortiz”.
En el documento, en poder de este reportero, Minerva expresa: “sería totalmente incongruente simpatizar con la candidata del PAN y con el estado actual de cosas”.
Minerva Hernández pide a González Zarur, a cambio de su declinación, autorización para crear un partido político local, participación en el proceso federal del 2012 e interlocución con la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Pide también tener presencia en eventos del gobierno del estado “como senadora en un principio independiente y luego como parte del PRI”.
Además, Minerva pide apoyo del PRI para compañeros suyos “con alto nivel competitivo”, en los distritos II, V, VI, IX y en 17 municipios, entre ellos Apizaco, Chiautempan y San Pablo del Monte.
En el documento de tres cuartillas, Minerva pide a Mariano incluir en el Plan Estatal de Desarrollo cinco temas: salud, jóvenes, seguridad pública, campo y tenencia federal y estatal.
Luego de una extensa reunión con el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, el viernes de la semana pasada, Minerva dio un giro de 360 grados en sus intenciones y un día después anunció su declinación a favor de la candidata del PAN, Adriana Dávila.
El domingo, el dirigente nacional del PAN, César Nava, se dirigió a Zacatecas para informarle al candidato de su partido a gobernador, Cuauhtémoc Calderón, que tenía que declinar ese mismo día a favor del PRD, pero éste se negó.
La jugada le salió mal a Jesús Ortega. César Nava no pudo cumplir con su promesa de que Calderón declinaría en Zacatecas y en cambio la declinación de Minerva partió en pedazos al PRD de Tlaxcala.
Los fundadores del PRD en la entidad, Narciso Xicoténcatl y Pedro Palma, acusaron de traidora a la senadora Minerva Hernández, mientras que otro grupo de perredistas anunció que el domingo llamará a votar a favor del priista Mariano González Zarur.
El ganador en este sainete será César Nava, quien podría presumir un triunfo de su partido en Tlaxcala y un honroso segundo lugar en Zacatecas.
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