Que decepción y lo peor es que creen que no nos acordamos

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lunes 20 de agosto de 2007

TIANGUIS ¿Y la reforma de Estado, papá? “Nadie sabe de dónde salió la diputada Alma Lucía Arzaluz, nadie la ve en el Congreso y nadie la sanciona” / Foto: Alejandro Ancona Como en un comercial en el que un padre le muestra una propiedad a su hijo y le dice: “todo esto será tuyo”, y el niño le pregunta “¿y la camioneta, papá?”, así está la familia mestiza haciendo la limpieza del tianguis. Los trabajadores de limpia tenían que ir a una reunión del recuerdo con el P-erazo, por lo que piden a los cuatro integrantes que le echen ganas y al rato se ponen a mano con el refresco. Mientras recogen los desechos, el Margarito Pérez de Zacatelco platica: “no cabe duda que hay gente buena dispuesta a sacrificarse por los demás. Por donde quiera que uno camine se encuentra con paredes pintadas, fotografías colgadas y promesas. Atrévete a confiar en mí, piensa en el progreso, te serviré, tu amigo, etcétera, etcétera. La paisanada está contenta con el espíritu de servicio desarrollado en el himno nacional: un presidente municipal o un diputado local en cada hijo te dio”. El Tránsito de Atligüecha recuerda que hace tres años, igual que ahora, varios de los diputados locales se fueron de candidatos y al fracasar en su intento crearon un conflicto en el Congreso, porque los suplentes no querían dejar la chuleta y los perdederos necesitaban recuperar lo invertido. Esa bronca estuvo encabezada por el priista Froylán Mendieta Cuapio, el perredista Ubaldo Lander Corona y el coordinador de la bancada del PRI, Noé Rodríguez Roldán. La Sábila apunta que los fracasados ganan un amparo y cobran los meses no trabajados, entre otros el perredista y hoy aspirante al mismo distrito electoral, sólo que ahora por el PAN, Miguel Arroyo Rosales, César Carvajal González –que, dicen los entendidos, será una de los tránsfugas que regresa al PRI para ser candidato por Apizaco de la mano de la gordis–, María del Rayo Netzáhuatl, Alberto Amaro Corona y Sergio Mendoza Cano. El perdedor más ganón fue Adolfo Escobar que, al no lograr la presidencia municipal de Tlaxcala, lo hacen secretario de Gobierno y luego diputado federal y ahora busca ser alcalde. O sea un saltibamqui, trapecista que se cree con todo el poder, sin darse cuenta que, como él mismo lo dijo, no es más que un soldado de plomo. Defensa del hueso

 

http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2007/08/20/tlaxcala/tianguis.php