DOMINGO FERNANDEZ AHUATZIN EL PAYASO O BUFON
Al igual que Héctor Ortiz Ortiz, Domingo Fernández Ahuactzi reapareció -la semana pasada- en la escena pública ya como ex titular de la Coordinación General de Información y Relaciones Públicas del Gobierno de Tlaxcala a defender lo indefendible: los excesos de su todavía jefe el ex gobernador de Tlaxcala.
Primero engañó a los periodistas convocándolos, a través de terceras personas, a una rueda de prensa en la que supuestamente el arquitecto José Luis Esquerra de la Colina, diseñador de la Plaza Cultural Bicentenario, defendería la legalidad y solidez del proyecto, recientemente clausurado por la administración de Mariano González Zarur por no contar con un proyecto ejecutivo para su construcción.
Pero nunca llegó. Más bien se comunicó por teléfono con algunos cercanos de Mariano González y les confirmó que no tenía interés alguno en pelearse con el jefe del Ejecutivo y mucho menos defender al ex –gobernador Ortiz Ortiz.
Quien sí apareció, justificando la ausencia del arquitecto (por “culpa del tráfico de la ciudad de México”), fue Domingo Fernández, el ridículo vocero del orticismo quien sin pruebas, ni documentos oficiales que se supone, debería tener, defendió que la Plaza Bicentenario sí tenía un proyecto ejecutivo.
Más aún, exigió, como si fuera obligación de los periodistas y no de su jefe, quien mintió y ocultó en todo momento sus acciones, recurrir al Registro Público de la Propiedad donde, según él, está el documento de comodato mediante el cual el entonces titular del Ejecutivo estatal entregó el inmueble y la administración de la Plaza Bicentenario por cinco años –como si fuera una herencia familiar- a su hermano Serafín Ortiz Ortiz, rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).
Por qué si era legal el convenio de comodato, su jefe no informó, cuando rindió su sexto y último informe de actividades, que además de ser una de las obras más importantes de su gobierno, iba a ser entregada en comodato a su hermano Serafín.
Simple y llanamente porque Héctor Ortiz es un mentiroso chapucero.
Aquí me asiste una duda: si el folklórico Domingo Fernández sabía de esa información por qué en ese momento no informó a la opinión pública que su jefe estaba “heredando” el inmueble por cinco años a la UAT. No lo hizo porque es cómplice de los excesos de su jefe y porque simple y llanamente no tiene vergüenza.
Pero lo grave no es que el ex vocero salga a decir estupideces a la opinión pública sino que todavía se le de difusión, sobre todo porque sigue tratando con desprecio a los periodistas, a quienes ese día les dijo: “vénganse a mi rueda de prensa porque aquí todavía les damos de desayunar y no sólo galletas”. ¿Asqueroso, no?
Qué es más ofensivo para los tlaxcaltecas, que este sujeto siga mintiendo a la opinión pública; que haya entregado a los reporteros un libro llamado “El Arte Mudejar y su renacimiento en Tlaxcala” donde según él, están los planos de la Plaza Bicentenario o que haya entregado a los reporteros un CD de canciones románticas cantadas por su todavía jefe “con el apoyo de unas muchachas”.
Conociendo lo libidinoso que es este sujeto me preguntó: ¿a qué tipo de “muchachas” se refería en su comentario?
No exagero cuando digo que Domingo Fernández ha actuado y sigue actuando como un bufón del orticismo.
He aquí algunas de sus grandes actuaciones:
*Cuando su jefe Ortiz no llegaba a tiempo a los eventos, en el templete entretenía a la gente haciéndola de animador y bufón.
*En otras ocasiones ridículamente contaba “chistes” subidos de tono y de muy mal gusto para la gente.
*Otras veces, no sólo cantaba las canciones de José José, sino que hasta ridículamente imitaba los movimientos del llamado “príncipe de la canción”.
*Tan vulgar es que, en alguna ocasión, cuando la senadora perredista –hoy panista- Minerva Hernández Ramos denunció las corruptelas de su jefe Ortiz Ortiz, salió a amenazarla diciendo que “no le buscara chichis a las víboras porque si no vamos a sacar todo lo que hizo en la Secretaría de Finanzas”. ¿Se vale expresarse así de una dama?
*No tenía límites. El día internacional de la Mujer la esposa de Ortiz, Guadalupe Lózano Tovar, invitó a las mujeres trabajadoras de los medios de comunicación a un desayuno en casa de Gobierno y en pleno recorrido por las instalaciones de ese inmueble, sin el mayor recato dijo a las comunicadoras, delante de la entonces primera dama- que “la recámara gubernamental” estaba disponible por si querían usarla.
Domingo Fernández tiene mala fama. En la Universidad donde impartía clases sus alumnos los conocían como el “doctor falo” en honor a que siempre se la pasaba hablando de sexo con sus alumnos y alumnas, y como coordinador de Comunicación fue bien conocido por acosar a varias trabajadoras de los medios de comunicación.
Ese bufón duró los seis años en el cargo no precisamente por su talento como comunicador sino por su servilismo con Héctor Ortiz Ortiz.
Pero la mejor definición de ese personaje la hizo en plena campaña, el entonces candidato del PRI al Gobierno de Tlaxcala, Mariano González Zarur: “Domingo Fernández es un rastrero lamebotas”.
Ahora, sería bueno que explique a la opinión cómo le hizo para incrementar considerablemente sus propiedades en tamaño y número si siempre vivió en la modestia. ¡Faltaba más!
Sobremesa
La “Peseta”, alias Rubén Flores Leal, está detrás de la nueva conformación del Partido Convergencia y de la incorporación de la diputada Eladia Muñoz Torres a ese instituto y sabe por qué: porque como no le dieron “hueso” en este gobierno ya hizo acuerdos con el ex gobernador, Héctor Ortiz Ortiz.
…Que presumido como es, afirma que en este gobierno lo llaman “el padrino” porque muchos secretarios le rinden pleitesía. Yo francamente tengo mis dudas.
Nos leemos el próximo lunes.
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